Mariana

Llegué a Nati a través de un acto de generosidad de mi mejor amiga, del universo y de Natalia, quien me abrió las puertas a su vida y su sabiduría para complementaria mi peregrinaje como mujer y como mamá. Había recibido la noticia de que iba a ser mamá el día antes de que mi esposo viajara un mes y medio a la selva, y decidimos esperar a que regresara para compartir la noticia. Tenía hipotiroidismo, pero todavía no lo sabía.

El cansancio y el malestar eran extremos, pero yo quería ser leal a mi promesa de esperar a que regresara Ricardo, así que solo le conté a mi mejor amiga que vive en Nueva York, y me enfrenté a la debilidad física producida por esta condición sin compartírselo a nadie. Mi mejor amiga, frustrada por no poder ayudarme y acompañarme físicamente me sugirió que contactara a Nati ya que ella es “coach de alimentación con énfasis en el sistema endocrino”, pero es mucho más que eso. Al ver que no tomé acciones proactivas en buscar a Nati, me llamó a decirme que ella ya había cuadrado todo y que Nati me esperaba tal día para la primera cita.

Poco sabía yo en ese momento de que además de ir a una cita con una “coach de alimentación con énfasis en el sistema endocrino”, me encontraría con una mujer sabia que pone la ciencia al servicio de la integridad de lo que somos como mujeres, con una madre entregada a que su hija sea la mujer que la humanidad necesita que sea, con una doula que despertó en mí la confianza para parir a mi hija y utilizar todo mi poder para que sucediera como lo soñaba, con una maga que acude a todas las fuerzas divinas para ayudar a que las mujeres vayan al encuentro de sí mismas, con una amiga incondicional.

 Tal vez lo que más me gustó de la compañía de Nati es que es integral y combina elementos que usualmente encontramos fragmentados en diferentes profesionales. La base científica que su formación en veterinaria le dio a Nati hace que sea capaz de leer los resultados de los exámenes médicos, y que los interprete más allá de la lectura de un médico convencional.

Nati nos ayuda a entender aquella expresión física de algo más profundo, y cómo ésta se relaciona con nuestras emociones y con la manera en que nos relacionamos con nuestro entorno y con nosotras mismas. Además, es capaz de tener una muy buena lectura de quiénes somos, y adaptar sus sugerencias a nuestras formas de vida, gustos y ritmos.

Ella sabe que no existen los absolutos, que todos los cuerpos son diferentes y por ende incorporan los alimentos y las experiencias de diversas maneras, y por eso es capaz de vernos, de realmente abordarnos como el ser integral que somos, no a través de recetas, ni supuestos de lo que “es bueno o es malo”. Así, descubrí que con Nati podía ser lo que soy, y en su compañía pude descubrir lo que para mí significaría ser mamá sin abandonarme a mí misma, sino al contrario, empoderando y potencializando lo que soy, e incorporando de manera amorosa los elementos necesarios para asumir este nuevo reto.



Esa visión holística me cautivó de inmediato. Pero me cautivó más poder ver en ella la mujer que es. Las lágrimas que dejó escurrir por su cara durante la primera cita mientras le contaba el sueño premonitorio que tuve cuando me di cuenta que sería la mamá de una niña, me dejaron ver que detrás de todo ese conocimiento hay un ser humano de verdad, que se permite ser y se permite ser transformada por los procesos de quienes acudimos a ella.

Fue ella quien vio nacer a mi hija Leticia en su primera experiencia acompañando partos, y creo que ahí se selló para siempre una conexión profunda entre las tres. Su compañía firme y a la vez dulce, clara, enfocada, amorosa y a la vez sutil y elevada, fueron el complemento perfecto para acompañarme a parir, y parirme como madre.

Con Nati confirmé que ser madre significa escuchar a todas las mujeres que habitan en mí, todas mis abuelas y las abuelas de mis abuelas, todas las mujeres que he encarnado en vidas pasadas. Son ellas quienes informan mis actos, alimentan mi paciencia y avivan mi sabiduría. Siento viva en mí una memoria ancestral que se activó con la llegada de Leticia y que Nati ha honrado y acompañado permitiéndola florecer.

 

Tener acceso a su conocimiento científico, a su sabiduría como yogini, como madre, como doula y como nutricionista me ha ofrecido un acompañamiento integral que me ha llenado de seguridad. Creo que es precisamente ese encuentro de múltiples perspectivas en una sola lo que hacen que la guianza de Nati sea mágica y transformadora. Que fortuna que la generosidad del universo me haya llevado a ella. Me siento agradecida, no solo por mi experiencia con ella, sino porque creo que Nati es un puente para que cada vez más mujeres emprendan el viaje al encuentro de sí mismas, y creo que eso es precisamente lo que puede salvar a la humanidad en estos tiempos planetarios. Tenemos la responsabilidad como mujeres de permitir que descienda una nueva conciencia a través de nosotras que reestructuré nuestra relación con nuestro entorno, con nuestra tribu, con la Tierra.

¡ Conoce La Membresía !

CONTENIDO GRATUITO

Prácticas de asana

Si tu llamado es hoy enfocarte en tu estructura física, te invito a explorar estos tres videos que hice para ti. 

¡Quiero unirme a las prácticas!