Somos una y somos todas. En todas respira, baila, pulsa y susurra la voz del Sagrado femenino.

Una voz olvidada, ignorada y reprimida por muchas(os).

Escondida y distorsionada por siglos en que nos hemos movidos guiados por ritmos masculinos y patriarcales. Agotadas y con una noción de desconexión de lo real, esencial y poderoso, muchos sentimos su llamado y es tiempo de escucharlo. La medicina de tu vientre, la presencia de la Madre en ti siempre ha estado ahí, viva, latente.

Es imperturbable, virgen, medicinal, reveladora, dulce y sanadora. Es tu verdad más pura, la que viniste a recordar, a expresar en tu cuerpo, en cada una de tus relaciones, creaciones y formas.

Esta es una invitación a reconocer esas formas únicas, irrepetibles y Divinas en que el poder de lo femenino se expresa en ti. A usarlo a tu favor y en servicio de lo que viniste a crear. De tu ser en grandeza, en soberanía y placer.

Para mi, conocer la cara femenina de Dios, las frecuencias energéticas y cualidades de la conciencia que cada una de las Diosas expresa, fue sanador y altamente revelador. Pude asumir aspectos de mí, que hasta entonces había aprendido a rechazar y ver como sucios o no adecuados, como Sagrados y merecedores de respeto y cuidado.

Con esto logré resignificar mis creencias asociadas al SER MUJER. A mi cuerpo, la sexualidad, el placer, la maternidad, mi trabajo y mi relación con lo Divino. 

Así quiero que sea para ti. Que esto florezca como para ti corresponde. Que esta información toca el rincón de tu cuerpo y las dimensiones de tu ser que hoy necesitan ser vistas, asumidas y amadas. Que puedas recordar poderosa, fértil, exquisita, llena de potencial, merecedora de todo y lista para brillar como viniste a hacerlo, sin excusas, sin vergüenza!